La casita de Elvi

Y todo sacrificio tiene sus recompensas. Bueh.. sacrificio..
Lunes, día de resoluciones. Yo no había contado que antes de irme hacia el condado de Kerry a probar en el restaurante, había hablado por teléfono con Elvi (una chica adorable que vive en Irlanda, condado de Cork, hace ocho años). Estos días estuve en contacto con ella, y me ofreció como alternativa más barata para mi regreso, que fuera hasta un pueblo llamado Macroom y ella me iba a buscar con el auto. Y eso fue lo que hicimos hoy día lunes. Estaba yo sentada en el living de la casa leyendo un libro (porque ya no me dejaron trabajar más, je), cuando mi teléfono sonó. Temí que fuera el Sr. Sammy pidiéndome que fuera a trabajar, pero resultó ser Elvi anunciándome los horarios de los micros de hoy y diciéndome que si quería podía venirme hoy para su casa. Anoté todo rápido, empaqué mis cosas, y salí los 30 minutos de ruta con mi mochila a cuestas, rumbo al restaurante para decir adiós e irme a encontrar con Elvi. Cuando estaba a unas 2 cuadras del restaurante, una mujer en un coche me ve caminando con una mochila más grande que yo, y me ofrece alcanzarme a algún lado. Un angel caído del cielo que me llevó al restaurante, me esperó que hablara con el tipo (que me dio 40 euros y me dijo chau que te garúe finito) y me llevó hasta el pueblo donde me tenía que tomar el primer colectivo "Annascaul". Allí, tuve que esperar unas 3 horas, en las que aproveche a comer algo. Quince minutos antes de que llegara el micro, empezó a llover. Cubrí mis cosas con una funda impermeable y super preparada con mi globo me quedé contemplando la hermosa tarde. Sin problemas me tomé el micro que me dejó en la terminal de "Tralee". Allí no había empleados (ya que hoy es feriado por acá) pero una máquina se encargó de cobrar mi boleto rumbo a otro pueblo llamado "Macroom" donde me encontraría finalmente con Elvi. Y así fue, sin ningún altercado tomé mi segundo micro y llegué a destino a la hora estipulada. Desde ese momento todo se tornó agradable. Me subí al auto de Elvi, vinimos charlando como si nos conociéramos de antes, me mostró los alrededores de su pueblo (un lugar verdaderamente alucinante) y llegamos a su casita absolutamente de película. Nos recibieron sus dos perros "scooby" y "chiquita" en el jardín de la casa de 2 pisos en la que ahora estoy parando. Entre lujo y calidez, después de la pocilga en la que me hospedé, realmente me siento en un palacio. Recibida con picada, asado y un cartel que rezaba "BIENVENIDA", no puedo más que sentirme honrada y agradecida por tanta calidez.
Me voy a quedar unos días disfrutando de tanta amabilidad, sin la intención de abusar y posiblemente regrese a Dublin a continuar con mi búsqueda laboral.
Vengo atrasada con los días en los que voy escribiendo pero estuve sin internet estos días, sepan disculpar. Un gran abrazo para todos!